sábado, 25 de octubre de 2014

EL VADO DE JABOC

EL VADO DE JABOC
Génesis 32:13–32
Después de su fervorosa oración vuelve a emplear sus métodos propios.
Pasa el VADO, (22) que significa “vaciamiento” o “derramamiento”.
Hizo los preparativos para congraciarse con Esaú con un presente (20).
Cuando hizo sus propios preparativos se halla solo con un “VARON”.
Ese “VARON”, habrá sido el mismo Señor. (Jue. 13:8; Is. 32:2).
Al fin aprende que debe depender de Dios y no de sus habilidades.
I.     RESISTIR A DIOS SIEMPRE ACABA EN FRACASO
Aquella noche, Jacob verdaderamente sufrió un vaciamiento, “VADO”.
Quedó solo, (24), Dios quería hallarlo solo. Así es con nosotros.
No fue Jacob quien luchó con Dios, sino Dios quien luchó con Jacob.
Dios luchó con Jacob para hacerle entender cuán débil era.
Estamos más dispuestos a apoyarnos en combinaciones humanas.
Y si Jacob resistía, es porque había creído en su propia fuerza.
Muchas veces prevalecemos con Dios (Sal. 78:41). Tiene que herirnos. (25).
II.     AFERRARSE A DIOS ES EL SECRETO DE LA BENDICION
Jacob tiene que reconocer su flaqueza, vaciedad e inutilidad.
No pudiendo con la fuerza de sus piernas usa sus brazos. (26).
Al que al principio veía peligroso, ahora le es cual fuente de bienes.
El que se sentía débil en la carne, ahora se siente fuerte (2 Cor. 12:9-10).
Dios sabe cómo humillar hasta el polvo el carácter más rebelde.
III.     PODER CON DIOS ES EL SECRETO DE PODER CON LOS HOMBRES
(Sal. 147:10-11). Dios no se complace tanto en agilidades humanas.
Una vez ajustada nuestra relación con Dios lo demás es fácil.
Procuremos hablar a Dios, (Luc. 18:1). Oigamos luego su voz (Jn. 5:39).
Agradémosle con nuestra fidelidad (Heb. 11:6). Su bendición (26).
Cuando conseguimos a Dios, no habrá problema para conseguir a los hombres.
IV.     ALGUNOS BENEFICOS CAMBIOS QUE EXPERIMENTO JACOB
Jacob “suplantador” se le cambió por Israel “príncipe de Dios”.
Quedó cojo y llamó el nombre del lugar PENIEL, “rostro de Dios”.
Sin duda que Esaú cuando vio a su hermano, notó esos cambios.
Su rostro y su cojera constituyeron distintivos en Jacob.
Los incrédulos deben conocer que hemos estado en Su presencia.
Los creyentes no debemos avergonzarnos de las visiones de Dios.
Campderros, Daniel: Bosquejos Biblicos : Tomo I. El Paso : Casa Bautista de Publicaciones, 2003, S. 21

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