Mostrando entradas con la etiqueta DEVOCIONALES. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta DEVOCIONALES. Mostrar todas las entradas

sábado, 8 de noviembre de 2014

PARA UN GUSANO COMO YO-8 DE NOVIEMBRE 2014

NOVIEMBRE
8
Para un gusano como yo
Lectura bíblica: Salmo 86:11–17
Pero tú, oh Señor, Dios compasivo y clemente, lento para la ira y grande en misericordia y verdad. Salmos 86:15
El concepto que Sandra tiene de sí misma no puede ser peor. Escucha lo que dice: “Soy peor que un gusano. Un gusano se puede arrastrar debajo de la tierra y esconderse sin dejar huellas. Yo soy más bien como las feas babosas en mi patio. Por dondequiera que van, dejan esta huella horrible de baba. Así soy yo. Por dondequiera que ando, arruino todo”.
¡Qué concepto triste de sí misma! Y es el doble de triste porque Sandra es creyente. Pero ella no tiene idea de su verdadera identidad. No es un gusano ni una babosa. Comete errores, como todos lo hacemos, pero dista mucho de “arruinar todo” dondequiera que anda.
Si eres un creyente que no está convencido de su verdadera identidad como hijo de Dios amado, valorado y competente, los resultados en tu vida pueden ser lúgubres:
     Héctor tiene un concepto de su mundo que lo llena de miedo y lo deprime.
     Felicia considera las situaciones nuevas o inesperadas como amenazas que la sofocan.
     Miguel se atribuye la culpa de todas sus dificultades.
     Charo se mete en su caparazón para ahuyentar a la gente.
     Sarita no puede confiar en nadie que la trata bien.
     A David le cuesta aceptar los elogios.
     Lidia siente que su mundo se le viene encima y que la aplasta.
Cuando dejas que uno de estos conceptos feos de ti mismo controlen tus pensamientos, dejas que te dominen las cosas que te pasan. No tratas de cambiar o desafiar a tu mundo.
Pero cuando estás seguro de que Dios te considera digno de ser amado, valioso y capaz, recibes las situaciones difíciles como oportunidades de confiar en Dios para que te saque adelante. Incluyes a otros en tu vida como compañeros que te ayudan a llevar tus cargas. Y sabes que el plan de Dios es hacer grandes cosas a través de ti, y que lograrás cosas significativas para la eternidad.
Quizá tengas momentos cuando piensas como Sandra. Es entonces que puedes estar seguro de que Dios comprende exactamente cómo te sientes, y que te ama completamente. Él es un Dios compasivo. Sabe que a veces te sientes como un gusano pero también sabe esta verdad: ¡Eres mucho mejor que cualquier gusano!
PARA DIALOGAR: ¿Qué significa el que Dios sea compasivo? ¿De qué manera puede la compasión de Dios ayudarte a rehacer tu vida si quieres que lo haga?
PARA ORAR: Señor, gracias por tu compasión. Gracias por tener un magnífico concepto de cada uno de nosotros.
PARA HACER: Ayuda a tus familiares a detectar cuando no se ven dignos de ser amados, valiosos o capaces. ¡Recuérdales que son mucho mejor que un gusano!
McDowell, Josh. Johnson, Kevin: Devocionales Para La Familia : McDowell, Josh. El Paso, Texas, EE. UU. de A. : Editorial Mundo Hispano, 2005, S. 8 de noviembre

viernes, 7 de noviembre de 2014

¿QUIEN ME ESTA TAPANDO LA LUZ?-7 DE NOVIEMBRE 2014

NOVIEMBRE
7
¿Quién me está tapando la luz?
Lectura bíblica: 1 Tesalonicenses 5:5, 6
Todos vosotros sois hijos de luz e hijos del día. 1 Tesalonicenses 5:5
Mauricio, el hermano mayor de Mara, estaba orgulloso de su Mustang convertible clásico, modelo 1967. Pero no lo mantenía limpio, así que un amigo escribió en la tapa del motor: “Límpiame”, y al hacerlo, rayó la pintura con la uña. Mauricio le pegó unos buenos gritos a su amigo por haberle rayado el auto.
Un día, camino a casa volviendo del trabajo, un camión que lo pasó le salpicó el parabrisas que quedó cubierto de barro. No tendría que haber sido un problema, pero a Mauricio se le había acabado el fluido limpiaparabrisas. Aunque trataba de ver por dónde iba, no podía ver el camino a través del parabrisas lleno de barro. Accidentalmente giró a la izquierda y se encontró con que iba de contramano. Por suerte no venía ningún auto que hubiera causado un choque de frente.
A veces hay gente que es como el camión que salpica barro. Estás andando por la vida y de pronto un enemigo te ensucia. Tus amigos son como el muchacho que rayó el auto. Pueden rayarte con sus palabras hasta que realmente duele. A veces el dolor es causado por alguien cerca tuyo.
     Un familiar te trata como si no valieras nada.
     Un amigo te evita, te ignora, te hostiga o se burla de ti.
     Un compañero de escuela te llama cosas como “perdedor”, “retardado” o “torpe”.
Ese tipo de barro bloquea de tu vida la luz de Dios. Dios te ve digno de ser amado, valioso y capaz, pero cuanto más barro te salpique la gente, más difícil te resulta ver la verdad de Dios acerca de quien eres. Cuando te sientes lastimado, es posible que ataques tirando barro a todos los que te rodean, o que te desvíes del camino.
Si te resulta difícil verte digno de ser amado, valioso y capaz, puede que sea porque la verdad de Dios ha sido bloqueada de tu vista por personas que tapan la verdad de tu verdadera identidad. ¿Puede estar pasándote esto? Pregúntate:
     Las personas con las que paso más tiempo, ¿me ven como me ve Dios?
     Mis amigos, ¿refuerzan lo que la Biblia dice de mí?
     Estas personas, ¿reflejan el amor de Cristo por mí?
Si las personas que tienes más cerca siguen tirándote barro, te resultará difícil ver más allá del fango para poder captar el concepto que tiene Dios de ti. En ese caso, ocuparte de tener las personas apropiadas a tu alrededor es como llenarte del fluido limpiaparabrisas de Dios. Es lo que necesitas para quitarte las obstrucciones que te impiden ver.
PARA DIALOGAR: ¿Te ven tus amigos como te ve Dios? ¿Ha llegado el momento de cambiar de amigos?
PARA ORAR: Señor, ayúdanos a elegir los amigos apropiados para que tu luz inunde nuestra vida.
PARA HACER: Si le tiras barro a los demás —si dices o haces algo que expresa que no son dignos de ser amados, valiosos y capaces— deja de hacerlo hoy.
McDowell, Josh. Johnson, Kevin: Devocionales Para La Familia : McDowell, Josh. El Paso, Texas, EE. UU. de A. : Editorial Mundo Hispano, 2005, S. 7 de noviembre

jueves, 6 de noviembre de 2014

PRENDAN LA LUZ-6 DE NOVIEMBRE 2014

NOVIEMBRE
6
Prendan la luz
Lectura bíblica: Efesios 5:8–14
Porque si bien en otro tiempo erais tinieblas, ahora sois luz en el Señor. Efesios 5:8
Imagínate que estás recorriendo una galería de retratos. Las luces del salón están prendidas, pero las direccionales que por lo general enfocan los diversos cuadros están apagadas.
Con las luces de la sala puedes ver los marcos de los retratos. Hasta quizá puedas ver algo de los rostros dentro de los marcos. Pero únicamente cuando se prenden las luces direccionales y una luz intensa pega directamente sobre cada cuadro puedes ver todos los detalles, las expresiones faciales, los tonos del cutis y el color de los ojos. Sólo cuando están prendidas las luces direccionales puedes ver a las personas como los artistas tuvieron la intención que las vieras.
Dios hace brillar su luz sobre ti, una luz que muestra quién quería que fueras cuando te creó. Pero antes de poder verte claramente, necesitas saber cómo prender las luces.
Obtienes luz de tres lugares:
Jesucristo es tu primera fuente de luz. Juan dijo que Jesús es “la luz de los hombres” (Juan 1:4). Jesús se refirió a sí mismo como la luz del mundo (ver Juan 8:12). Prendes esta luz cuando aceptas a Cristo como tu Salvador y comienzas una relación personal con él. A medida que tu amistad se afianza por medio del tiempo que pasas con Jesús en oración, ves cada vez con mayor claridad que eres amado, valorado y capaz.
La Palabra de Dios, la Biblia, es otra fuente de luz. David escribió: “Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino” (Salmo 119:105). Cuanto más abres tu mente y corazón a la Palabra de Dios, más luz disfrutas.
Los otros creyentes son una fuente de la luz de Dios. Jesús les dijo a sus seguidores: “Vosotros sois la luz del mundo” (Mateo 5:14). Ser amigo del Hijo de Dios, la Luz, te llena de luz. A medida que tú y tus amigos creyentes comparten mutuamente la luz del Hijo de Dios y de la Palabra de Dios, aumenta tu comprensión de quién eres. Esa es una gran razón por la que la Biblia nos dice: “No dejemos de congregarnos, como algunos tienen por costumbre; más bien, exhortémonos” (Hebreos 10:25).
Dios quiere que sepas que él hace brillar su luz en tu vida para que puedas ver claramente quién eres: digno de ser amado, valioso y capaz. Cuando te aferres a Jesús, leas tu Biblia y te acerques cada vez más a otros creyentes, la luz de Dios brillará en tu vida. Adelante, ¡prende la luz!
PARA DIALOGAR: ¿Quieres ver con más claridad quién eres a los ojos de Dios? ¿De qué manera te ayuda él a recibir la luz?
PARA ORAR: Señor, inúndanos de luz al leer tu Palabra y aumenta nuestra amistad contigo y con los tuyos.
PARA HACER: Escoge una buena costumbre para tratar de adquirir, hablar con Dios, leer la Palabra o pasar el tiempo con amigos creyentes.
McDowell, Josh. Johnson, Kevin: Devocionales Para La Familia : McDowell, Josh. El Paso, Texas, EE. UU. de A. : Editorial Mundo Hispano, 2005, S. 6 de noviembre

miércoles, 5 de noviembre de 2014

QUIEN TE CONOCE-5 DE NOVIEMBRE 2014

NOVIEMBRE
5
¿Quién te conoce?
Lectura bíblica: Salmo 91:1–12
Pues a sus ángeles dará órdenes acerca de ti, para que te guarden en todos tus caminos. Salmo 91:11
Néstor no veía la hora de pasar a la secundaria. Le habían dicho que la escuela donde iba a ir ofrecía cursos de carpintería. Soñaba que su primer proyecto sería hacerle un balcón a su cuarto. Su próximo proyecto sería hacer una rampa en el patio para practicar saltos en su patineta. Su obra cumbre sería construir un tobogán olímpico en el terreno baldío detrás de la escuela.
Las ilusiones de Néstor se vinieron abajo cuando se enteró de que la clase era sólo de 45 minutos dos días por semana. Y se desilusionó terriblemente cuando el maestro le dijo que su primera tarea era hacer una cosita para la casa, escogiendo de media docena de diseños para servilleteros, cajas para archivar recetas y separadores para los cajones de la cómoda. Pero Néstor casi se desmaya cuando el profesor le dio de vuelta su proyecto. En la hoja de calificación adjunta había un enorme cero. En la parte superior de la hoja el profe había escrito la pregunta: “¿Qué es esto?”.
Si estás mirando el proyecto estrafalario de alguien en la escuela y no puedes adivinar qué es, hay una sola manera de averiguarlo. Se lo preguntas a su creador.
Por eso, si estás tratando de averiguar quién eres realmente, ¿a quién te conviene preguntar? Al que te hizo, por supuesto. Dios es el que sabe exactamente quién eres.
Entonces, ¿cómo exactamente te ve Dios?
Primero, Dios te ve como alguien digno de ser amado eternamente. Él es tu Padre. Te creó a su imagen (ver Génesis 1:26, 27). Eres la mejor expresión de su genio creativo. En respuesta a tu fe en Cristo, te aceptó como su hijo en su familia (ver Juan 1:12, 13). Dios te ama tanto que ha encargado a sus ángeles que te protejan (ver Salmo 91:11, 12).
Segundo, Dios te ve como alguien infinitamente valioso. En la cruz, Dios declaró a todos los que quieran escuchar que vales el regalo que es Jesucristo, su Hijo muy amado. Si alguna vez te colocaras una etiqueta con tu precio, tendría que decir “¡JESÚS!” porque el precio que Dios pagó para salvarte fue la vida de Jesús (ver 1 Pedro 1:18, 19).
Tercero, Dios te ve como alguien totalmente capaz. Pablo se jactó: “¡Todo lo puedo en Cristo que me fortalece!” (Filipenses 4:13). Dios confía tanto en ti que te dejó sobre la tierra para completar el ministerio comenzado por Jesús. Te ha dado la tarea de guiar a tus prójimos para que acudan a él (ver 2 Corintios 5:20).
Si quieres tener un concepto claro de tu verdadera identidad, necesitas verte como Dios te ve, ni más ni menos. Eres digno de ser amado, valioso y capaz. No lo dudes, ¡eso es lo que eres!
PARA DIALOGAR: ¿Te has sentido alguna vez como un proyecto fracasado que intentaste en tu escuela? ¿A quién escuchas cuando quieres saber quién eres realmente?
PARA ORAR: Padre, ayúdanos a vernos a nosotros mismos como tú nos ves, con tu vista perfecta.
PARA HACER: Dile a un amigo lo que significa ser digno de ser amado, valioso y capaz.
McDowell, Josh. Johnson, Kevin: Devocionales Para La Familia : McDowell, Josh. El Paso, Texas, EE. UU. de A. : Editorial Mundo Hispano, 2005, S. 5 de noviembre

martes, 4 de noviembre de 2014

POBRE TOMAS: TENIA QUE VER PARA CREER

NOVIEMBRE
4
Pobre Tomás: tenía que ver para creer
Lectura bíblica: Juan 20:24–29
Y no seas incrédulo sino creyente. Juan 20:27
No hay muchos que tengan nada bueno que decir del discípulo Tomás.
Después de que Jesús resucitó y se apareció a sus discípulos a puertas cerradas, Tomás no se encontraba con ellos. Luego, cuando los discípulos le contaron que Jesús vivía, no les creyó. Tomás dijo: “Si yo no veo en sus manos la marca de los clavos, y si no meto mi dedo en la marca de los clavos y si no meto mi mano en su costado, no creeré jamás” (Juan 20:25). Cuando Cristo apareció a Tomás, le aceptó el desafío. Le dijo: “Pon tu dedo aquí y mira mis manos; pon acá tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo sino creyente” (versículo 27).
Tema para comentar: ¿Qué opinas de Tomás? ¿Es un ejemplo para tu fe, o hubiera sido mejor no incluir este relato en la Biblia?
Está bien, así que Tomás no era tan malo como Judas, el que traicionó a Jesús. Quizá ni haya sido tan malo como Pedro, quien negó tres veces al Señor. Pero de los doce discípulos más cercanos a Jesús durante sus tres años de enseñar y predicar, a Tomás por lo general se lo incluye entre los malos.
Muchos desprecian a Tomás porque dudó. Pero olvidan algo: Tampoco ninguno de los demás discípulos creyó hasta que cada uno había visto por sí mismo la evidencia de la resurrección. Todos los demás ya habían visto las manos y el costado de Jesús. Y lo que es más, Jesús no le dijo a Tomás: “Eres un discípulo malo por dudar de mí”. En cambio, le mostró la evidencia y entonces le dijo que no dudara más. Y, en último lugar, cuando Tomás vio la evidencia, dio una de las confesiones de fe más poderosas de la historia, llamando a Jesús: “¡Señor mío, y Dios mío!” (versículo 28).
Por alguna razón, nos parece que dudar es muy malo. “Los cristianos auténticos no dudan”, decimos. Eso es un mito.
En realidad dudar es el punto de partida de la fe. En el griego, idioma original del Nuevo Testamento, el significado de “dudar” es “inquirir”. Se refiere a alguien que inquiere, pregunta o busca respuestas. Indudablemente hay dudas maliciosas que la gente usa para impedir que otros confíen en Jesús. Pero hay interrogantes sinceros acerca de la fe.
Puedes aprender estas lecciones de alguien llamado Tomás que fue sincero con respecto a sus dudas: la duda es natural. Está bien ser honesto con tus dudas. Y si de veras buscas respuestas, tus dudas serán remplazadas por la fe cuando Jesús te muestre la verdad.
Jesús no quiere que escondas de él tus dudas. Él te ama y comprende tus preguntas.
PARA DIALOGAR: ¿Qué dudas te impiden seguir a Jesús completamente?
PARA ORAR: Señor, cuando resulta difícil confiar en ti, muéstranos más de ti mismo y ayúdanos a creer.
PARA HACER: ¿Tienes amigos que dudan de Dios? ¿Qué puedes contarles acerca de las dudas?
McDowell, Josh. Johnson, Kevin: Devocionales Para La Familia : McDowell, Josh. El Paso, Texas, EE. UU. de A. : Editorial Mundo Hispano, 2005, S. 4 de noviembre

lunes, 3 de noviembre de 2014

UNA DIFERENCIA QUE VALE-3 DE NOVIEMBRE 2014

NOVIEMBRE
3
Una diferencia que vale
Lectura bíblica: 1 Corintios 6:11
Y esto erais algunos de vosotros, pero ya habéis sido lavados, pero ya sois santificados. 1 Corintios 6:11
Supón que estás conversando con un amigo no creyente acerca de Cristo. Te parece que te estás comunicando muy bien con tu tono persuasivo amable y ultrasabio, hasta que te da por la cabeza con este comentario:
—Bueno —dice con sarcasmo tu amigo—, los que se mueren siguen muertos. No resucitan.
No puedes hacer que Jesús resucite en un laboratorio. Pero puedes recurrir a la Biblia para ofrecer la evidencia de la tumba vacía. Además de eso, puedes señalar otro signo de vida: el cambio que les sucede a las personas cuando aceptan a Jesús como su Salvador.
Tema para comentar: ¿Te parece que la vida cambiada de los creyentes prueba algo acerca de la verdad de lo que creemos?
Supón que no eres creyente. Y tienes una amiga que un día te dice:
—¿Sabes? Hace un año acepté a Jesús como mi Salvador. Él cambió totalmente mi vida. Antes les contestaba mal a mis padres. Y siempre rebajaba a mi hermanita. Era completamente egoísta. No soy perfecta, pero tampoco soy ya de esa manera. Tener una relación con Jesús me ha cambiado y ahora soy una persona distinta. Y Jesús me ha dado una paz, un amor y un gozo que antes no conocía.
¿Le creerías?
Sería difícil argumentar con tu amiga si su vida prueba que lo que dice es cierto, si puedes detectar un verdadero cambio en ella. Pero, ¿qué si es una mutante espiritual? ¿O si es la única cuya vida ha sido cambiada por este Jesús?
Pues bien, tu amiga no está sola. Son innumerables los que han experimentado los mismos cambios asombrosos al entregar su vida a Cristo. No afirman que leer un libro los haya cambiado. No dicen que un encuentro aterrador con extraterrestres los haya alterado para siempre. Y ninguno pretende que su nuevo poder proceda de sí mismos. Hablan acerca de la razón de su paz, gozo y victoria sobre el pecado. Es Jesucristo y el poder de su resurrección.
Cuando queremos comprobar que la resurrección de Jesucristo fue un hecho verídico, podemos señalar a la diferencia evidente en la vida de millones de personas de todas las posiciones sociales y de todas las naciones del mundo. Y el cambio puede atribuirse a una razón: su relación con el Jesucristo viviente. Esa es la evidencia de que tu amiga no te está contando un cuento de hadas. Te está comunicando un hecho concreto y digno de creer.
Tu experiencia de que Jesús te salvó es más que una quimera. Te has encontrando con el Salvador resucitado. ¡Y ha tenido un impacto real en tu vida!
PARA DIALOGAR: Cuando algún no creyente te observa, ¿qué puede ver que indique que Dios está obrando en tu vida?
PARA ORAR: Querido Dios, cámbianos de modo que nuestros amigos puedan ver tu poder en acción. Haz que nuestra vida sea una muestra convincente del poder que levantó a Jesús de entre los muertos.
PARA HACER: Explícale a un amigo algunas de las diferencias que Cristo ha obrado en tu vida.

McDowell, Josh. Johnson, Kevin: Devocionales Para La Familia : McDowell, Josh. El Paso, Texas, EE. UU. de A. : Editorial Mundo Hispano, 2005, S. 3 de noviembre

domingo, 2 de noviembre de 2014

NO HAY QUE VER PARA CREER-2 DE NOVIEMBRE 2014

NOVIEMBRE
2
No hay que ver para creer
Lectura bíblica: Mateo 28:1–7
No está aquí, porque ha resucitado, así como dijo. Mateo 28:6
Un hombre y una mujer en guardapolvos blancos entran en un laboratorio. Ella sostiene una tablilla y un lápiz, él sujeta un objeto blanco pequeño y rectangular. El hombre coloca el objeto blanco en un pequeño tanque de vidrio lleno de agua que primero se hunde y luego vuelve a la superficie. La mujer apunta algo en su tablilla. El hombre empuja otra vez el objeto hasta el fondo. Éste vuelve nuevamente a la superficie. La mujer apunta algo más en su tablilla.
Después de hacer esto repetidamente, los científicos llegan a una sorprendente conclusión: La barra de jabón de la marca X flota. Lo han comprobado científicamente.
Cierto o falso: La única manera de comprobar que una información sea verdad es por medio de experimentos científicos.
Esto es totalmente falso. El método científico es una gran herramienta para aprendizaje, pero no es la única manera de probar algo.
Si los experimentos científicos fueran la única manera de arribar a la verdad, entonces no podríamos comprobar que José de San Martín fue el libertador de Argentina, Chile y Perú, o que Simón Bolívar juró dedicar su vida a la independencia americana. Pero por el hecho que no se puedan comprobar en un laboratorio, no significa que no fueran verdad. Pueden comprobarse por medio de un tipo distinto de evidencias.
Es el tipo de prueba presentada todos los días en los tribunales de justicia alrededor del mundo, y es el único tipo de prueba que se aplica a eventos históricos. Entonces, ¿cómo podrías comprobar que San Martín y Bolívar se dedicaron a lograr la independencia de naciones sudamericanas?
Si pudieras encontrar testigos oculares, los entrevistarías. Eso se llama “testimonio oral”. Juntarías copias de cartas que escribieron San Martín y Bolívar, de periódicos que reportaban sus actividades y libros acerca de ellos. Eso se llama “testimonio escrito”. Mostrarías objetos como sus espadas, fotografías de ellos y del lugar donde nacieron. Eso se llama “evidencia física”. Con ese cúmulo de evidencias, nadie tendría problema en creer en José de San Martín y Simón Bolívar.
Eso se denomina método de comprobación basado en “las evidencias” o en lo “histórico”, y es el método por el que podemos comprobar la resurrección de Cristo. No podemos obtener ninguna evidencia oral, porque no tenemos acceso a nadie que vivió en el siglo I. Pero tenemos en la Biblia las evi dencias escritas de los discípulos y la evidencia física de la tumba vacía.
Tu fe en Cristo no es ciega. No es necia. La vida y el ministerio de Jesús, sus milagros y su resurrección pueden ser comprobados, y de hecho lo han sido. Puedes estar seguro de lo que crees, ¡por las evidencias!
PARA DIALOGAR: ¿Qué le responderías a alguien que dice que no puedes comprobar las verdades de la fe cristiana?
PARA ORAR: Señor, gracias por darnos una fe de la que podemos estar seguros.
PARA HACER: A modo de repaso, pregúntense unos a otros hoy o mañana: ¿Cuáles son las tres clases de testimonio que cuentan para el método de comprobación basado en “las evidencias”?
McDowell, Josh. Johnson, Kevin: Devocionales Para La Familia : McDowell, Josh. El Paso, Texas, EE. UU. de A. : Editorial Mundo Hispano, 2005, S. 2 de noviembre

sábado, 1 de noviembre de 2014

CIERRA LOS OJOS A LA FE CIEGA-1 DE NOVIEMBRE 2014

NOVIEMBRE
1
Cierra los ojos a la fe ciega
Lectura bíblica: Juan 8:31, 32
Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres. Juan 8:32
Estás intentando contarle a una amiga acerca de Jesús cuando ésta empieza a parecer una profesora de universidad.
—Entonces —dice con voz altanera y levantando las cejas—, ¿puedes dar pruebas 100 por ciento seguras de que Jesús resucitó de los muertos?
No estás segura de como es que de pronto tu amiga tiene un cerebro de tamaño gigante y una pregunta que parece inteligente. Te sale una respuesta que parece más bien el chirrido de un ratoncito:
—Mmmm, no.
Algunos llaman “fe ciega” a nuestra creencia cristiana de que Cristo resucitó. Eso quiere decir que es una creencia aceptada sin ninguna prueba. O llaman a nuestra fe “ignorante”, “irracional” o “irrazonable”. Esas son palabras grandes que significan más o menos lo mismo que “tonto”. Si alguien te menoscaba de este modo, probablemente terminas sintiéndote avergonzado. Raro. Tonto. Derrotado.
Algunos opinan que si cierta verdad no puede ser comprobada con un 100 por ciento de seguridad, no vale nada o no es verdad. Dicen que si la resurrección de Jesús o su afirmación de que era el Hijo de Dios no puede ser comprobada con una seguridad del 100 por ciento, entonces no hay por qué creerlo.
Eso es un mito. Pocas son las cosas que pueden ser comprobadas 100 por ciento.
En un tribunal de justicia, por ejemplo, el jurado nunca puede estar 100 por ciento seguro de que alguien ha cometido un crimen. El jurado pesa las evidencias para declarar que alguien es culpable sin sombra de duda o no.
De la misma manera, tu creencia de que Jesús es Dios no puede comprobarse con una seguridad del 100 por ciento. Pero eso no significa que sea tonto creer en la fe cristiana. El apóstol Juan escribió: “Por cierto Jesús hizo muchas otras señales en presencia de sus discípulos, las cuales no están escritas en este libro” (Juan 20:30). En otras palabras, Jesús hizo muchas otras cosas que demostraban que era el Hijo de Dios. Las evidencias que proporciona la Biblia no incluyen todo lo que dijo o hizo Jesús, pero lo que sí nos dice es lo suficiente como para dar forma a una creencia que tiene un buen fundamento. Juan escribió en el siguiente versículo: “Pero estas cosas han sido escritas para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo tengáis vida en su nombre” (versículo 31).
Creer en Cristo es muy acertado. Blaise Pascal —un famoso matemático, filósofo y científico francés— afirmó que existen suficientes evidencias a favor de la fe cristiana como para convencer a cualquiera que no esté ya decidido a no creer. Pero no hay suficientes evidencias para llevar a Cristo a nadie que no quiera ir.
PARA DIALOGAR: Contesta con tus propias palabras: ¿Por qué no es tonto creer en Jesús?
PARA ORAR: Señor Jesús, danos la oportunidad de contar a nuestros amigos la verdad acerca de quién eres y de lo que has hecho por nosotros.
PARA HACER: ¿Hay alguna pregunta que te confunde acerca de tu fe? Pídele a un cristiano más maduro que te ayude a investigar la respuesta.

McDowell, Josh. Johnson, Kevin: Devocionales Para La Familia : McDowell, Josh. El Paso, Texas, EE. UU. de A. : Editorial Mundo Hispano, 2005, S. 1 de noviembre

viernes, 31 de octubre de 2014

¿ESTAS SEGURO DE QUE ESTAS SEGURO?-31 DE OCTUBRE 2014

OCTUBRE
31
¿Estás seguro de que estás seguro?
Lectura bíblica: 2 Timoteo 1:9–14
Yo sé a quien he creído, y estoy convencido de que él es poderoso para guardar mi depósito para aquel día. 2 Timoteo 1:12
Ricardito tenía miedo de meterse en la cama a la noche. No se podía dormir por los pensamientos espeluznantes que le venían a la cabeza. Veía formas escalofriantes flotando por el cielo raso. Tenía miedo de que había monstruos escondidos en las sombras de su ropero. Le parecía oír que seres con gigantescos colmillos masticaban la pelusa debajo de su cama.
Créelo o no, algunos estamos obsesionados con preguntas espirituales aún más aterradoras. Nos preguntamos: ¿Soy realmente salvo? ¿Realmente ha cambiado algo en mi vida? Si soy salvo, ¿por qué no me siento distinto? O pensamos: A lo mejor no soy realmente salvo. Quizá no hice lo correcto para aceptar a Cristo.
Tema para comentar: ¿Alguna vez te preocupas de que no eres salvo?
Para Satanás, el enemigo de tu alma, cada día es una fiesta. Satanás está siempre ocupado, tratando de que tengas miedo de que la verdad no sea verdad y de hacerte dudar de tu salvación, de la verdad que realmente perteneces a Dios.
Las dudas son comunes. Pero el creyente no tiene que sentirse salvo para ser salvo, así como un millonario no tiene que sentirse rico para serlo.
En 2 Timoteo 1:12, Pablo dijo algunas cosas asombrosas de unas maneras interesantes. Dijo que “yo sé a quien he creído”, no sólo “en qué he creído”. Dijo también: “estoy convencido de que él es poderoso para guardar mi depósito”. Pablo no estaba basando su fe en hechos, sino en un amigo del que podía depender. Estaba confiando en el Dios que había dado pruebas de que era digno de confianza.
Cuando dudas si realmente eres salvo, lee Isaías 12:2 en voz alta y varias veces: “¡He aquí Dios es mi salvación! Confiaré y no temeré, porque Jehovah es mi fortaleza y mi canción, él es mi salvación”. Luego ora en voz alta esta oración basada en pasajes bíblicos:
Padre, tú eres el que me salva. Ayúdame a confiar en ti y a no tener miedo. Tú me das fuerza y me haces cantar. Ayúdame a acercarme a ti con un corazón sincero y una fe segura. Toma mi corazón y hazme saber con seguridad que el evangelio es verdad. Gracias por tu promesa de que te pertenezco a ti hoy y para siempre. En el nombre de Jesús te lo pido. Amén. (Ver Isaías 12:2; 1 Tesalonicenses 1:5; Hebreos 10:22).
PARA DIALOGAR: ¿Dudas alguna vez de que eres salvo? Dedica algo de tiempo a buscar los pasajes bíblicos adicionales mencionados en la lectura.
PARA ORAR: Señor, ¡gracias porque podemos confiarte nuestra vida ahora y siempre!
PARA HACER: Escribe la oración mencionada. Colócala donde puedas verla con frecuencia hasta que Dios te dé la seguridad de tu salvación.

McDowell, Josh. Johnson, Kevin: Devocionales Para La Familia : McDowell, Josh. El Paso, Texas, EE. UU. de A. : Editorial Mundo Hispano, 2005, S. 31 de 

jueves, 30 de octubre de 2014

ACÉPTALO Y DISFRÚTALO!-30 DE OCTUBRE 2014

OCTUBRE
30
¡Acéptalo y disfrútalo!
Lectura bíblica: Hebreos 10:11–14
[Jesús] habiendo ofrecido un solo sacrificio por los pecados, se sentó para siempre a la diestra de Dios. Hebreos 10:12
Nilda le contó un secreto a Ángela. Y adivina qué pasó. Ángela se lo contó a alguien. Desde entonces, Ángela se ha sentido como una traidora, una falsa, especialmente desde que Nilda se enteró del asunto. Ahora, todas las mañanas yendo a la escuela en el ómnibus, Ángela le pide perdón.
Por fin Nilda la hizo callar.
—Ángela —le dijo—, ya te he perdonado.
—Pero quiero estar segura de que seguimos siendo amigas —insistió ella.
—Por supuesto que sí —dijo Nilda—. Tienes que creerme que te he perdonado.
Como suele suceder con nuestras relaciones humanas, a algunos cristianos les cuesta creer que Dios realmente les ha perdonado sus pecados. Se imaginan a Dios guardando un registro de todos nuestros pecados, esperando el día en que los sacará a luz y los usará en nuestra contra.
Para sentir la libertad del perdón de Dios, toma estos pasos:
1.     Recuerda que Dios te ama incondicionalmente. Eres el hijo especial de Dios. Él pagó el precio de tu salvación del pecado, la muerte de su único Hijo unigénito. Cuando aceptas el regalo de salvación que Dios te da recibes su perdón y te conviertes en su propio hijo. A veces todavía desobedeces a Dios, y lo entristeces (ver Efesios 4:30). Seguro, es posible que Dios te discipline por tu pecado. Pero eso también lo hace por amor, porque quiere que te quedes cerca de él y recibas lo mejor que tiene reservado para ti (ver Hebreos 12:5–12).
2.     Confiesa tus pecados. Todos alguna vez desobedecemos a Dios debido a nuestra naturaleza de pecado (ver Romanos 7:20–25). Según la Palabra de Dios, la solución comienza con una confesión (ver 1 Juan 1:9). Confesar significa coincidir con Dios en que tu desobediencia es un pecado. Dios ya percibe totalmente tus actitudes y acciones pecadoras, pero quiere que las admitas, que te humilles delante de él y que tengas la experiencia de que te diga: “Te perdono”.
3.     Acepta el perdón de Dios. Cristo ya te ha perdonado una vez y para siempre por medio de su muerte en la cruz (ver Hebreos 10:12–14; 1 Pedro 3:18). Pero para apartarte del pecado y emprender un nuevo rumbo es importante que admitas que necesitas ser perdonado y que aceptes el perdón que ya es tuyo.
Aceptar el perdón es como descubrir un tesoro enterrado en el fondo de tu propia casa. El perdón cariñoso de Dios ya es tuyo. ¡Desentiérralo y disfrútalo!
PARA DIALOGAR: ¿Resulta más difícil aceptar el perdón de Dios por ciertos pecados que por otros? ¿Por qué sí o por qué no?
PARA ORAR: Padre, ayúdanos a confesar nuestros pecados y seguir adelante en la luz de tu amor y tu perdón.
PARA HACER: ¿Todavía tienes problemas en aceptar la idea de que eres perdonado? Habla con un cristiano maduro acerca de lo que sientes.

McDowell, Josh. Johnson, Kevin: Devocionales Para La Familia : McDowell, Josh. El Paso, Texas, EE. UU. de A. : Editorial Mundo Hispano, 2005, S. 30 de octubre